Henry Spencer Miércoles, 15 octubre 2014

Mi amigo El Cacas

I

-“Habla, chibolo pulpínnn!!!”
-“¿Aló?”
-“Chibolo pulpínnn!!!
-“¿Hola?”
-“Oe, huevón. Soy Luis Carlos Burneo, de La Habitación de Henry Spencer. Te pedí tu teléfono por DM para grabar un episodio paja, pezweon. ¿La haces?”

II

La primera vez que vi a El Juan (haciendo de El Cacas) me dio miedito, porque no sabía que El Juan era El Cacas o que El Cacas era El Juan.

Solo alucinaba a este broder barrio que hacía estos monólogos adrenalínicos y que probablemente no aceptaría una conversa en La Habitación, porque se sentiría raro o yo me sentiría raro o él se sentiría raro porque se daría cuenta que yo me sentiría raro.

O sea, no sabía que El Cacas era un personaje.

Pero ya llegué a la casa de El Juan y todo parece estar bien.

Me alucina, de pronto, estar en el set que tanto he visto en sus videos, su propio cuarto desordenado, y me afana la paciencia y dedicación con la que arma su cámara y sus luces, pues estamos a punto de grabar un video juntos.

-“Mi mamá te manda saludos. Es fan de las notas que hacías en tele”, me dice.

Yo le digo que no sé nada. Que jamás he hecho de piraña. Que por favor, me dirija.

El  Juan me tranquiliza. Me dice que todo va a salir paja, que él me va a ir marcando las líneas, que va a hacer que la participación de El Darwiniano sea realmente genial.

III

Me despierto de madrugada.

Ya es lunes y asumo El Juan publicó el video que hicimos juntos.

Me paso de vueltas viéndolo.

“Qué piraña tan monse hago”, pienso, y me pongo nervioso y me arrepiento de haberlo grabado el video.

De pronto, comienzan a llegar comentarios sobre el piraña tan monse que soy y me da risa. Me parece divertido reírme de mí mismo sobre el mal actor que soy.

Ese mismo lunes, ya de día, mi Twitter y Facebook se llenan de comentarios de gente que disfrutó muchísimo el episodio.

Llamo a El Juan y le agradezco la oportunidad.

Estoy orgulloso de ser El Darwiniano.

IV

El Juan y yo nos juntamos en el Parque Kennedy.

Él viene de un taller al que se ha metido y yo acabo de terminar una grabación de una expo sobre personajes alucinantes (El Tío Bigote, El Wasa, Panchito) que hicimos en el parque.

Nos vamos juntos a la Fan Expo, un evento/reunión de frikis donde el acto de fondo es El Bananero.

Es sábado por la tarde y no hay mucha gente, lo que es bueno, pues es más fácil grabar a los participantes (stands de Lego, Harry Potter, Star Wars, Lucha Libre, etc).

Varios asistentes nos piden fotos. Yo acepto, siempre, encantado.

Miro de reojo a El Juan y veo ese entusiasmo/sorpresa/orgullo caleta que yo también tenía cuando empecé mi blog.

Era maldito, de pronto, llamar la atención de tanta gente por la chamba. Había ese feeling increíble de “manya, lo que estoy haciendo está gustando”, y veo en El Juan ese mismo orgullo y humildad en cada una de las fotos que se toma.

(No es que ya no aprecie cuando me piden una foto. Agradezco cada una de las oportunidades, pero es maldito recordar esas primera épocas donde se te hinchaba el pecho de orgullo porque era algo nuevecito, encantador, sorprendente).

V

Firmo contrato con el local donde celebraremos la fiesta de La Habitación de Henry Spencer.

De pronto, Amanda me envía un WhatsApp.

“Creo que esta foto nunca te la mandé”, me pone.

Es una imagen bravaza mía y de El Juan en el Parque Kennedy, sonriendo como los BFFs que todavía no somos, tomada el sábado que nos encontramos en Miraflores.

Me despido de la dueña del local y cuando estoy a punto de salir del centro comercial paro un ratito para tuitear la foto.

Apenas mando “send” alguien me toca la espalda para pasarme la voz.

Volteo con sorpresa y es El Juan, que está con capucha y mochila safando también del lugar.

-“Habla”, me dice
-“Oe, huevón. Qué paja. Acabo de tuitear una foto nuestra en el Parque Kennedy. Te acabo de ver en mi celular. ¿Qué haces acá?
-“Acá arriba trabajo”
-“No jodas. ¿Justo acá? Aquí abajo en el sótano estoy haciendo la fiesta”
-“Claro, lo sé. Oe, porsiaca ya programé el afiche de la fiesta toda la semana en mi fan page”
-“Gracias, huevón. Oe, el jueves somos en la fiesta”
.”Somos”

Y nos abrazamos y cada uno safa a su destino.

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